Hoy estoy de vacaciones, así que quería escribir corto.
La sensación de quemarse es difícil de explicar. Un amigo me dijo que ciertas experiencias no se entienden de verdad si no se viven; las palabras no les hacen justicia. Puedo describirle a alguien cómo se siente una ducha—la textura del pelo al caer el agua, el efecto de la temperatura, la sensación de limpieza—pero la mejor manera de entenderla es duchándose.
Lo mismo pasa con quemarse: las palabras se quedan cortas. En mi caso se sintió como perder la magia del día a día. Esa sensación se extiende, como moho, a los rincones esenciales de la vida, sin importar dónde empezó el incendio.
Aclaro: estas vacaciones no son porque esté quemado. Parar unos días no apaga el fuego; la fuente nunca fue el cansancio físico. Cuando me quemé (experiencia que me enseñó mucho) sentía que no tenía control sobre mi trabajo, hacía proyectos en los que no creía y no admiraba a quienes me dirigían. La disonancia entre la persona que quería ser y la que actuaba a diario fue tan grande que colapsé.
No hablaré del lugar; entendí que esa empresa nunca pretendió adaptarse a mí. Sus líderes justificaban su filosofía; duermen tranquilos. Parte de la culpa fue mía: no investigué la cultura, el liderazgo, qué significaba éxito allí. No hice la debida diligencia.
Pude haber evitado quemarme si hubiera tomado una decisión difícil pero rápida: reconocer que ese sitio no reflejaba ninguno de mis valores. Si el pensar y el hacer no coinciden por mucho tiempo, el cuerpo lo grita.
Consejo breve: busquen donde sus valores coincidan con lo que hacen y vívanlo con intensidad. Si no lo encuentran, muévanse. Incluso algo pequeño que resuene puede devolver magia a los días.
PD: el próximo post será un invitado: Santiago del Castillo, que trabaja conmigo. No solo tiene ideas muy interesantes, además tuvo la amabilidad de aceptar mi invitación a escribir un post para yo poder concentrarme en mi ocio vacacional.
OOO | Recomendaciones y otros
¿Una tertulia?
Algunos de ustedes me han escrito (tal vez por casualidad no más de tres personas) que les gustaría tener sesiones para hablar sobre temas parecidos a los que escribo en Focus Time. Me gustaría organizar un espacio de tertulia en Bogotá pero primero quisiera saber si tenemos suficientes personas interesadas.
Escríbanme si quisieran participar en una primera sesión porque lo voy organizar únicamente con las personas que me han escrito mientras entiendo como podrían ser valiosos estos espacios. Los leo.
Guardaré este post para cuando observe que un amigo empieza a marchar hacia esa crónica de una muerte anunciada.